Vivian Juanita Malone fue la primera mujer negra en entrar a la universidad de Alabama, universidad de blancos, en los Estados Unidos en el año de 1963, yo tenía un añito de vida. Neil Armstrong pisó la luna un 20 de julio de 1969, yo tenía 7 añitos, vi el acontecimiento por televisión. En Colombia se vio por primera vez la Televisión en color en 1979, yo tenía 17 años y el mundo viajaba lentamente. El 22 de mayo de 1980 Toru Iwatani nos puso a jugar a todos con el Pac-Man, ese gracioso muñequito con imagen de pizza, yo tenía casi 18 años, y por supuesto jugué y me divertí. Y quien no se vio en los noventa “los años Maravillosos” con Kevin, Paul, y Winnie Cooper, bueno, aquí ya la edad va más allá de los veinte, pero que importa si era una nota escuchar de esta serie a Joe Cocker y la canción “With a Little help from my Friends”.
En el 2000 cambio de milenio y con ello el primer presidente negro “Barack Obama (2009), se nos vino el internet, los teléfonos móviles y redes sociales; yo con dos hijos ya. Ya muy cerca, en la década del 2010 hacia acá aparece por primera vez un Kinect para consola de video juego, Xbox360 para jugar sin controles, mis hijos ya bebían de esta tecnología. empiezo a encanecer. Pero, un 18 de enero de 2019, por primera vez una niña con jardinera azul, cabellos negros y medias blancas; de sonrisa amplia, mirada ágil y feliz, hace sus primeros pasos en el Liceo de Cervantes el Retiro y detrás de ella un desfile de más niñas van circulando por aquellos pasillos de una gran edificación, la cual ha sido reservada para maravillarse con los retos que se ha propuesto. Sí, detrás de Sara Lucía Bernal, nuestra primera damita cervantina, van Mollie, Sylvia, Ana Lucía, Fusilla, Gabriela, Ivanna, Julieta, María José, María victoria, Sara Lucía, Sofía, Valentina, Valeria, Victoria, Monserrat, Angelina, Clara, Juliana, Lía, Violeta, María Alejandra, Nathalie… y llegarán muchas más porque en nuestro Cervantes el Retiro siempre hay una primera vez en la historia.
Nota: Ya tengo 56 añitos y las miro con felicidad y a la vez con alguna nostalgia porque cuando Sara Lucía, la primera damita cervantina y sus compañeritas se gradúen como damas cervantinas lo más probable es que yo ya no esté aquí en mi Liceo. Hasta el final tiene siempre una primera vez en la historia.